Saludos mis estimados lectores. A escasos 52 días para que Roberto Sandoval tome posesión como Gobernador, me pregunto ¿se podrá librar de la tutela de Ney González?, bueno, esto lo cuestiono, porque en su campaña con el animo de ganarse la confianza de la gente, Roberto dijo e hizo hasta lo imposible por asegurar que él no era el candidato de Ney. Para ello, los argumentos fueron muchos, pero lo que mas llamo la atención, fue decir que su primera acción como gobernador seria la de enviar una iniciativa al Congreso del estado para que la elección de regidores fuera por planilla y no de forma individual.
¡Sácatelas!, sí, así como lo leen, de golpe y porrazo Sandoval se echo este trompo a la uña. Pero… ¿en verdad se animara a enviar dicha propuesta?, o solo fue una simple promesa derivada de la calentura electoral, pues verán, en el decir y el hacer, hay una enorme distancia, sobre todo, porque la elección de regidores en forma individual, era o es un motivo de orgullo de nuestro actual mandatario, incluso se llego a manejar que esta reforma electoral era un ejemplo de Nayarit para México, y ahora resulta que su hijo prodigo en cuanto arribe al poder pretenderá echarla abajo.
Jajaja, esto se antoja hasta que lo pongan en el melate, para que la gente pueda apostar si la envía o no la envía al congreso. Bueno, ya en serio, no es que un servidor pretenda echarle flores a Ney ahora que ya casi se va, no, para nada, soy de los que comulgan con la idea que debe de sometérsele a juicio político o ya de perdida a un juicio popular, pues hay muchas cosas por las cuales debe de responder a la ciudadanía, -eso que ni que-, pero en lo que respecta a esta reforma electoral, lo que sea de cada quien, si conlleva su lado positivo. Pues el mecanismo de elección de los regidores por planilla hace que el cabildo no responda a los intereses de toda la población, sino que se concentra normalmente en determinadas zonas como la cabecera municipal, mientras otras regiones carecen de representación.
Esta antigua forma de elegir regidores incentiva prácticas autoritarias, entre estas prácticas se encuentra la manera en que se construyen las planillas; la ausencia de autonomía política de los regidores; el poco pluralismo existente; y en la toma de decisiones al interior de los cabildos. Pues aun con la introducción del principio de representación proporcional en 1983, no fue suficiente para crear una verdadera democracia dentro de éstos.
El diseño que rige actualmente las elecciones municipales en otras entidades, obliga a una votación por fórmula, y en muchos de los casos la fórmula o planilla no está constituida de forma que represente a toda la población municipal, lo que puede derivar en políticas públicas incompletas o inclinadas a los intereses partidistas o de camarillas. Es en la creación de la planilla donde se puede inducir la supremacía del presidente municipal al interior de ésta y, al mismo tiempo, la ausencia de autonomía política de los regidores que lo acompañan. La afinidad y la coincidencia son algunos valores predominantes en la planilla por encima de la representación política.
Esta forma existente en muchos de los cabildos devalúa el papel político del regidor, que en muchos de los casos sigue la inercia del presidente municipal, por lo que los regidores olvidan su papel como representante de los ciudadanos. Por otra parte, los regidores difícilmente tienen la posibilidad de acercarse a un determinado distrito, es decir, a una base social de representación que le posibilite un margen de autonomía política frente al presidente.
En algunas elecciones municipales los partidos políticos pueden obtener triunfos únicamente en los puestos de mayoría relativa o en los de representación proporcional, siendo esto insuficiente para una efectiva representación de las muy diversas comunidades que conviven en un municipio. Las fórmulas o planillas aseguran una mayoría en el ayuntamiento para el partido político que gana la elección, generando una injusta distorsión de la representatividad y una desproporcionalidad con respecto a los resultados de la elección. Con esto se segrega a las minorías, pues son relegados de los procesos de toma de decisión. Bajo este esquema, el presidente municipal y sus regidores, pueden ignorar a los regidores de las minorías, pues apenas si existen decisiones de gobierno sujetas a principios de mayoría absoluta o de mayoría calificada en la reglamentación municipal. Las decisiones se toman por mayoría simple o en su caso, por la mitad más uno de los miembros del cabildo, votos que normalmente tiene asegurado el partido mayoritario, independientemente de lo competida que haya sido la elección.
Por lo que queda claro, que los regidores en su mayoría no suponen una representación de los ciudadanos frente al ayuntamiento, pues no traen bajo su cargo la representación de zonas geográficas específicas, por lo tanto, no están vinculados con los problemas de la localidad. Este sistema de elección por planillas no sólo debilita la representación ciudadana en el cabildo, sino que además, genera autoridades que no tienen una clara rendición de cuentas frente a la población que los eligió.
En cambio, con la elección de regidores en forma individual, (por demarcaciones) se busca fortalecer la figura de los regidores garantizándoles un mayor respaldo social, una mayor autonomía del presidente municipal y así crear un vínculo más estrecho con la ciudadanía a quien deberán representar y rendir cuentas permanentemente. Bajo este esquema, los cabildos pueden contar con una función ya no sólo administrativa, sino también legislativa, por lo que el control de la administración municipal recaería nuevamente en el ciudadano. Con esto se espera que los diversos actores políticos se encuentren representados con la debida y justa proporcionalidad, evitando así la sobrerrepresentación del partido mayoritario. De esta manera la oposición tendrá más presencia al interior del ayuntamiento y las decisiones que se tomen en éste tendrán que contar con la anuencia de la oposición política, es decir, el consenso será la base necesaria para el desarrollo municipal, lo que servirá como un importante contrapeso para los intereses parciales o de facciones. Bueno, esta es mi opinión, pero como siempre, usted estimado lector saque sus propias conclusiones al respecto. Pero que conste, con lo antes expuesto no quiere decir que sea lo máximo, no para nada, todo es perfectible, pues ya ven que los regidores elegidos en forma individual no han dado los resultados esperados, pues los presidentes municipales se han dado las maña$$$ para tener sometida a la dizque opo$$$ición. En fin, haga usted sus apuestas ¿se podrá librar de Ney?, hasta la próxima mis amigos.
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